Cinque Terre, las “Cinco Tierras”, son cinco pueblecitos costeros de la provincia de La Spezia, a orillas del mar de Liguria. Riomaggiore, Manarola, Corniglia, Vernaza y Monterosso al Mare forman una ‘mini Costa Amalfitana’ a la que solo se puede acceder en tren, en barco, o caminando por sus senderos.
Cinque Terre es merecidamente Patrimonio de la Humanidad. No necesita filtros, es exactamente lo que se ve en las fotos: parece de cuento. Acantilados llenos de casitas y barcos de colores, decenas de puestos de helados y enormes senderos verdes con el mar de fondo.

¿Cómo llegar a Cinque Terre?
Es importante saber que Cinque Terre no es un sitio, sino una zona. Para llegar a ella, el punto de partida más recomendable es La Spezia, y a partir de ahí elegir a cuál de los cinco pueblos te diriges.
Pisa y Génova son los aeropuertos más cercanos para llegar a Cinque Terre, ambos están a solo 1 hora en coche de La Spezia. Lo más fácil es ir en tren, que cuesta de 7 a 11 euros, y se puede reservar el billete tanto por internet en la página de Trenitalia (a veces tiene descuentos), como en las máquinas que hay en las estaciones, que son fáciles y muy rápidas. Mi consejo es que no alquiléis coche, una vez en CinqueTerre no podréis utilizarlo.
Pese a que esta opción es la más sencilla, yo volé a Milán, ya que el billete desde Madrid es el más económico. Por 70€ volamos al aeropuerto de Bérgamo, hicimos noche en Milán y al día siguiente nos fuimos a La Spezia.
¿Dónde dormir?
Lo más económico para alojarse es La Spezia. Es cierto que es muy bonito pasar la noche en uno de los cinco pueblecitos, pero hay poca oferta hotelera y a mayor precio. La Spezia tiene una estación central que te deja en cualquiera de los pueblos en menos de 5 minutos, por lo que es un buen «territorio neutral».
Monterosso Al Mare es mi siguiente recomendación, ya que es la más grande de las cinco tierras y la que más hoteles tiene. Pero si lo que buscas es algo romántico, entonces Manarola es el sitio perfecto. Sea cual sea tu elección, bien uno de los cinco pueblos o La Spezia, siempre tendrás una estación de tren cerca.

¿Cómo moverse por Cinque Terre?
En Cinqueterre hay dos formas de moverse: en tren o en barco. También puedes recorrer sus senderos, pero lo cierto es que muchos de ellos son de horas. Si tienes poco tiempo, lo mejor es combinar los senderos más asequibles con trenes y barcos.
El tren está fenomenalmente comunicado. Puedes sacar los billetes en las estaciones centrales de cada pueblo en el momento, incluído La Spezia, y los trenes salen cada 20 minutos como mucho. De un pueblo a otro solo le separan unos 5 minutos, y los billetes son siempre 4€, vayas a la tierra que vayas. El sistema es facilísimo, Trenitalia está muy bien organizado. Otra opción es comprar la Cinque Terre Card, que da acceso a los trenes regionales y a los senderos por 12€. Eso sí, recuerda validar el billete, ya que suele haber revisores en varias de las estaciones.
Para moverte en barco, tendrás que ir a las zonas de “La Marina” de cada pueblo y preguntar allí cuánto cuesta el paseo, normalmente a un señor debajo de una sombrilla con un cartel. Los precios varían bastante de un sitio a otro, pero suelen ir de 8 a 15 euros.

¿Cuánto tiempo es necesario para visitar Cinque Terre?
Con un fin de semana es suficiente para disfrutar de Cinque Terre tranquilamente. Los 5 pueblos son muy pequeñitos, con 2 horas en cada uno puedes conocerlos. Si quieres hacer todos los senderos andando, son unas 6 horas. Puede que vayas con un poco más de prisa, pero aún así puedes visitar los cinco.
Si tienes más días y ya has visitado todo, te recomiendo que visites también Portofino. Los mismos trenes de Trenitalia venden el billete hasta allí, y también se puede ir en barco. Se podría decir que es la sexta de las cinco tierras.
¿Qué hacer en Cinque Terre?
Al volar a Milán, nosotros pasamos allí la primera noche visitando el Duomo y cenamos en Obicá, un mozzarella bar que recomiendo muchísimo. Mi italiano preferido de Milán junto con Lievità.
Comenzamos entonces nuestro viaje a Cinque Terre el sábado por la mañana. Dejamos nuestras cosas en el hotel y fuimos a la Estación Central de La Spezia, donde cogimos el primer billete a Manarola.
Manarola: la más romántica
Manarola es sin duda uno de los pueblos más bonitos y románticos de la costa, además del más antiguo. Está lleno de casitas de colores, puestos de cucuruchos de calamares y decenas de barcas aparcadas en plena calle. Los trenes de Cinque Terre siempre paran prácticamente en el centro del pueblo, en este caso tienes que atravesar un túnel que te deja a 2 minutos andando de la Marina. Una vez en la Marina, veréis una plataforma de hormigón y rocas donde la gente busca cualquier hueco para tomar el sol y tirarse al mar, ya que no tiene playa.
Lo mejor de las cinco tierras es pasearlas sin prisa. Disfrutarlas, y si es con helado en mano, mejor. Son tan pequeñitas que no hace falta buscar los lugares más importantes: te los encuentras. En el caso de Manarola, los imprescindibles son la Iglesia de San Lorenzo, y la Torre de la campana (en frente de la iglesia).

Si vuestra idea es comer aquí, un imprescindible es Nessun Dorma. Es el restaurante más famoso de Manarola, tiene una terraza encima del mar con unas vistas espectaculares. Su carta muy básica: bruschettas, focaccias, tablas de embutidos, ensaladas y batidos. Si solo vais a tomar algo, esperad al atardecer, merece la pena.
Riomaggiore: el más pintoresco
Nuestro siguiente destino fue Riomaggiore. Desde Manarola puedes (y debes) ir por el sendero Via dell’Amore, un camino de solo un kilómetro que merece la pena para disfrutar del paisaje desde lo alto.

Riomaggiore me encantó. Volvimos a caminar sin rumbo por sus calles y sus casas de estructura imposible. Si miras al pueblo dejando el mar de espaldas, parece que todas las casitas van a caerse unas encima de otras y desembocar en el mar. Su famosa marina con casas rojas tiene una plataforma para sentarte frente al mar, y la playa más pequeña que he visto nunca. Es una gozada para ver atardecer. Si además buscas buenas vistas, sube a la Torre del Reloj.
Después de ver el atardecer, volvimos a La Spezia para cenar. Recomiendo muchísimo la Pucceria di Anna e Enzo. Tienen una pizza napolitana espectacular, y su dueño, Enzo, se sienta a contarte cómo la hacen. Un trato de 10 y la comida buenísima.
Corniglia: una escalinata y grandes viñedos
Al dia siguiente empezamos la ruta en Corniglia. Es el único pueblo que no tiene acceso al mar, y para llegar subimos 377 escalones, ya que el tren te deja abajo y la ciudad está en lo alto de una montaña rodeada de viñedos.
Otra opción es subir en autobús, que va desde la estación de tren de Corniglia hasta la plaza principal. Son unos 10 minutos de camino, y el precio está incluído en la Cinque Terre Card. Sino, son 2,50€ ida y vuelta.
Corniglia es posiblemente la menos atractiva, pero merece la pena visitar las ruinas del castillo, el oratorio de Santa Catalina y la Iglesia de San Pedro, además de apreciar las vistas a 100 metros de altura del mar.
Vernazza: el mirador más espectacular
Después de Corniglia visitamos Vernazza, sin duda una de las más bonitas. Si algo merece la pena de este último, son las vistas a lo alto del acantilado. No está muy bien indicado por dónde subir, así que tendrás que preguntar, y es una gran subida. Lo bueno es que, a medida que subes, siempre hay alguna terraza para hacer una pausa tomando algo. Para visitar, como siempre la Marina, con una pequeña playita, la iglesia de Santa Margarita, la fortaleza y el Belforte.

Monterosso: lo más parecido a una ciudad
Por último, visitamos Monterosso al Mare. Fuimos en tren desde Vernazza, pero se puede ir por un sendero azul, por el que tardas un poco menos de 2 horas. Es el pueblo más grande de Cinque Terre, quizás el que menos encanto tiene, pero sus callejuelas siguen mereciendo la pena, su centro histórico es tan pintoresco como el resto y puedes pasar el día en la playa. Como puntos de interés están la iglesia de San Giovanni Battista, el Monasterio de los Capuchinos, la torre de Aurora y la Iglesia de San Francisco.

De Monterosso recomiendo la Trattoria da Óscar, en la Via Vittorio Emanuele. Una terracita en pleno centro donde sirven espaguetis al frutti di mare, los más tipicos de la zona, en una enorme paellera. Muy, muy buenos. Para terminar, unos canolis en Wonderland Bakery, a solo un minuto de la trattoria, en Via Roma. Una de las pastelerías más famosas de Monterosso.
Cinque Terre es sin duda uno de los sitios más bonitos de Italia, y ya es decir. Si buscáis una escapada de fin de semana que os sorprenda, y a buen precio, sin duda es una opción perfecta.
Deja una respuesta