Quilotoa es sin duda uno de los lugares más impresionantes en tu ruta por Ecuador: una laguna volcánica con un cráter de 3km de diámetro, considerada una de las más bonitas del mundo.
El agua de la laguna varía según la temporada y por supuesto, de los rayos solares. Cuando llegues, podrás encontrarte una laguna verde o azul, o incluso apreciar el cambio de uno a otro. Eso sí: no hay ningún tipo de vida marina, ni es agua potable.
¿Cómo llegar a la laguna?
Coche
La forma más sencilla. Si estás en Quito o Cotopaxi, tendrás que coger la Panamericana (la carretera por excelencia de Ecuador!) hasta Latacunga, la capital de Cotopaxi. Desde allí, coge la vía Pujilí-La Maná y en unos 20 minutos estarás en Quilotoa. Hay un montón de ‘parqueaderos’, no tendrás ningún problema en dejar el coche!

Otra opción es coger un conductor que te lleve y te traiga de vuelta, seguro que en tu hotel pueden gestionarte este servicio!
Autobús
Desde Latacunga, hay autobuses directos hasta Zumbahua, un trayecto de unas dos horas aproximadamente. Una vez allí, tendrás que coger otro transporte para recorrer los 14km que te separan de Quilotoa: bus, transfer…
Excursión
Existen excursiones de un día a la laguna combinadas con el Cotopaxi, especialmente desde Quito. Los precios varían en función de la agencia que elijas, pero pueden ir de 40 a 100$.
Cómo visitar Quilotoa
Una vez llegas a la entrada del cráter, encontrarás un mirador donde por 5$ tendrás vistas panorámicas con un suelo de cristal. No es necesario pagarlo, nada más entres en el sendero y pases el puesto de control, tendrás esas mismas vistas a la laguna. Tal cual ves en esta foto! 🙂

¡Y aquí empieza el reto! El camino hacia el cráter es un sendero de arena de unos 45 minutos. La bajada es sencilla y, evidentemente, todo cuesta abajo, aunque no podrás evitar pensar en lo que te espera a la vuelta. No te preocupes, son problemas del futuro y ya verás que no vas a poder evitar seguir bajando y bajando hasta verlo de cerca!

Es un sendero precioso, con vistas constantes a la laguna y alguna que otra parte un poco más empinada, pero que harás sin apenas dificultad. Eso sí: recuerda llevar calzado cómodo y sobre todo, cerrado! Te vas a llenar de arena! Ah, y también mucha agua.

Durante el sendero, te encontrarás algunas sorpresas, como a Rosita. Esta alpaca pertenece a un niño de unos 7-8 años que espera en un banquito a los turistas que quieren hacerse una foto con Rosita por solo 1$. Más que por la foto, está bien ayudarle!

Y aquí empezábamos a ver la luz! El cráter cada vez más cerca, ya podíamos apreciar el viento que se siente desde abajo, el movimiento de la laguna, y apreciar su embarcadero.



Una vez llegas abajo, mi plan fue comprar bebidas en la tiendecita que hay junto al embarcadero y sentarme un buen rato a apreciar las vistas. Necesitábamos un descanso y no había mejor forma de disfrutarlo!

¡Y llegó el momento de navegar el cráter del volcán! Una experiencia totalmente única que no sé si podré volver a repetir en otro lugar del mundo. Verás que hay dos embarcaciones: kayak (1$) o lancha a motor (5$).

Queríamos coger el kayak para poder navegar a nuestro aire, y porque es menos invasivo y disfrutas de otra forma del paisaje. Sin embargo, al llegar hacía muchísimo viento y nos lo desaconsejaron, así que cogimos la lancha a motor y dimos una vuelta de unos 15 minutos por el cráter.

Sin duda merece la pena ver sus inmensas paredes desde cerca, incluso árboles de las mismas! Sentirte encima de los 250m de profundidad del Quilotoa y poder tocar sus aguas (pero poco!) es un sueño.

Después del paseo, toca volver. Es una subida muy dura, sí. Una gran pendiente a una altitud cerca de los 4000m. Además, la arena resbala y te llevará casi hora y media a buen ritmo.
Es por todo esto que hacen negocio de subirte en burros que encontrarás tanto en el embarcadero como a medio camino. Sin embargo, mi consejo es que evites siempre utilizar a los animales: tómate tu tiempo, pero no hagas uso de ellos.

¿Y la satisfacción de haber subido por tu cuenta? Al llegar arriba, no podía estar más feliz: una excursión increíble, navegar el cráter de un volcán, y las piernas temblando y listas para recuperar fuerzas con unas buenas empanadas de viento, mi gran debilidad ecuatoriana!

Después del Quilotoa, tomamos rumbo a Baños de Aguasanta. ¡Sigue Trip&Table para toda la información de mi viaje a Ecuador!




Deja un comentario