La Avenida de los Volcanes es uno de los grandes atractivos de Ecuador y sin duda uno de los motivos que me impulsaron a escoger este destino. Mi ruta comenzó aquí, en el Cotopaxi, un auténtico icono del país.

Información general

El volcán Cotopaxi es la segunda cima más alta de Ecuador: mide 5.897m vs. los 6.263m del Chimborazo, que se lleva el primer puesto. Además, es el segundo volcán más peligroso del mundo. Esto se debe a que actualmente es un volcán activo, y a la frecuencia de sus erupciones.

Según nos contaron, el Cotopaxi debería haber erupcionado hace algunos años, por lo que están «a la espera». Es por eso que el Parque Nacional ha perdido mucho turismo. Sin embargo, y aunque evidentemente no es el sitio más seguro del mundo, tiene una red de monitorización muy sofisticada a la que han destinado muchísimos recursos, y da tranquilidad a la zona.

¿Cuándo es mejor visitarlo?

El Parque Nacional Cotopaxi abre todos los días de 8 a 17.00h. Mi recomendación es que vayas a primera hora, así tendrás más oportunidades de ver la cumbre despejada. Es uno de los principales atractivos del volcán: su perfecta cúspide nevada!

Nosotros, como veréis en las fotos, tuvimos muchísima suerte y pudimos verlo perfecto! Cuando nos íbamos empezó a cubrirse un poco pero el paisaje seguía siendo precioso.

¿Cómo visitar el Parque Nacional?

La entrada es gratuita pero para visitar el Parque es necesario hacerlo en coche. Mi recomendación es que, aunque como en mi caso hayas llegado hasta allí en tu coche de alquiler, contrates un guía con 4×4.

El motivo es que las carreteras del parque no están en muy buen estado y, especialmente si tu intención es llegar a las faldas del volcán para subir al refugio (ahora te cuento!), es mejor que no pongas en riesgo tu vehículo. Lo cierto es que vimos a varios coches quedarse a mitad de camino y no hay cobertura en todo el recinto, por lo que mi consejo es que te ahorres un posible mal rato!

Además de ser mucho más cómoda la visita en 4×4, para mí el guía fue imprescindible. Tuve la suerte de que me tocara un guía maravilloso que además de darnos toda la información del volcán, nos habló de Ecuador, de sus costumbres, de su gastronomía, su política, y otros muchos temas que nos resultaron muy interesantes e hicieron que la visita fuera un 10.

Pero aquí viene la anécdota con la que se coronó nuestro guía: había vivido una erupción del Cotopaxi! Él es montañista y había subido hasta la cima en más de 30 ocasiones. Pues bien, en una de esas subidas, con un grupo de españoles que venía de escalar el Everest, el volcán comenzó a erupcionar. Es imposible que cuente por aquí con todo lujo de detalles todo lo que nos contó: el momento en que se dieron cuenta, la bajada corriendo desde casi 5.500m, cómo caían rocas volcánicas… Imaginad recorrer el parque mientras te cuentan esta historia, y sabiendo que tuvo final feliz!

Eso sí, el guía no es barato (y tampoco merece menos!): son unos 40$ por el recorrido de unas 4 horas, vehículo incluido.

El refugio José Rivas

Una vez te montas en el coche, te esperan unos 45 minutos hasta llegar al parking de las faldas del Cotopaxi: la primera y más imprescindible parada. Las carreteras son totalmente volcánicas y puedes ver otros volcanes rodeando la zona. Por algo estás en plena Avenida de los Volcanes!

Una vez llegas al parking, verás el refugio José Rivas, el primero de los dos refugios del Cotopaxi. Es ese tejadito anaranjado de la foto! Este refugio está a 4.800m, por lo que aunque la subida no es complicada como tal, sí puede llegar a ser muy cansada, especialmente si sufres mal de altura. Si consigues llegar, te estará esperando un buen chocolate caliente para paliar el mal!

Si tu idea es subir más allá del refugio, recuerda asegurarte de que esté abierto, ya que por el estado actual del volcán no se permite subir a la cima.

La Laguna Limpiopungo

Después de la primera parada, tomamos rumbo a Limpiopungo! Disfrutando de las carreteras, llegamos a esta bonita laguna rodeada de colinas y con vistas a otros volcanes como el Sinchalagua o el Rumiñahio. Es un sitio donde se pueden observar aves y, si tienes suerte, cóndores y llamas.

Tienes la posibilidad de dar la vuelta a la laguna caminando, por un sendero sencillo en un paseo de aproximadamente una hora. Y si tienes tiempo y ganas, desde aquí puedes llegar al volcán Rumiñahui, pero eso ya es un trekking más complicado de unas 4 horas aprox!

Desde el ‘parqueadero’ de la laguna, volvemos a tener vistas panorámicas al Cotopaxi. ¡Las penúltimas del viaje!

¿Dónde comer? en Mirador el Chasqui

Y digo las penúltimas porque nuestro guía nos recomendó un restaurante muy cerquita del parque: el Chasqui. Fuimos directos, con fé ciega en ese hombre, y acabamos en este preciosísimo mirador.

Chasqui es un restaurante con un enorme mirador lleno de naturaleza y animales: un montón de perritos en acogida. Y vistas al Cotopaxi, claro.

La comida es totalmente andina: carne a la parrilla y un riquísimo locro de papa para entrar en calor después de todo el día!

Y para terminar el día…

La verdad que este fue uno de mis días favoritos en Ecuador. Después de un día increíble, fuimos directos a nuestro hotel, una hacienda histórica, muy típicas de la zona. ¡Y fue una de las mejores elecciones del viaje!

La hacienda es la Hostería Papagayo, en Machachi. Un sitio precioso del que volví totalmente enamorada y en el que me hubiera quedado varios días más! El entorno rodeado de natualeza, sus habitaciones con chimenea, el estilo reformado pero manteniendo y respetando su historia, su huerto… ¡Podría seguir y no pararía!

Para nosotros fue un plan más en la ruta: llegamos, nos dimos una ducha, y empezamos un paseo por los alrededores. Conocimos a Choco, uno de los 3 labradores que tienen, y al resto de animales: gallinas, caballos, burros, cerdos, ¡incluso alpacas!

Cenamos en el restaurante del hotel y nos fuimos pronto a dormir, que al día siguiente tocaba visitar la Laguna Quilotoa!